El género zarzuelístico es, hoy por hoy, un tema que merece ciertas aclaratorias. Todo aquél que experimenta esas hermosas melodías, esos ritmos frenéticos y ese colorido orquestal encuentra auténticas joyas no exentas de todo el supuesto exotismo y los tópicos españolistas. Pero toda la pátina que se ha querido lanzar al género, ha terminado por arrinconarlo en lo “políticamente incorrecto” o en una suerte de vergüenza fallida en sus aspiraciones de gran ópera nacional, a la altura de Verdi o Wagner. Nada más injusto: el reciente y exitoso concierto de Plácido Domingo en el Liceu dió prueba de ello. El Prof. Calderón -con una mirada ajena y bien intencionada- intentará convencernos de que la zarzuela tiene su espacio ganado a pulso con muy buena música, con libretos no menos absurdos que los de Verdi o Wagner, y con nuevas y excelentes versiones que hacen olvidar aquellas vetustas y gastadas. En resumen, el género se niega a morir y continúa siendo un misterio: lo rodea el lamento pero ¡siempre hay lleno total!! y la gente sale feliz... ¿No era eso lo que se propusieron sus autores? Patrocina CIRCA |